Ghana by Toño
Llegué a Ghana una mañana lluviosa. Mi estancia no iba a ser muy larga. Tomé un taxi que me llevaría al hotel dónde dejaría mis cosas para poder ir a recorrer Accra, la capital del país. Camino al hotel me dediqué a platicar con el taxista. Hablamos, sobre todo, de la familia. El conductor era un hombre casado con dos hijos. Según él su familia es la fuente de su felicidad y es la que hace que, día a día, salga a la calle a trabajar largas jornadas en su taxi. Al poco tiempo nos dijimos adiós y me dejó en el hotel. Contacté a un guía turístico para que me llevara a algún lugar dónde pudiera encontrar tradiciones únicas en la ciudad. Mi guía, Michael, me llevó al puerto dónde se congregan los pescadores. Allí, gracias a su labor cómo intérprete pude conocer de las tradiciones de los pescadores y de su modo de vida. Uno de ellos me dijo que una de las cosas que más felices los hace es cuándo regresan de pescar con bastantes pescados. Una buena pesca implica cosas buenas para ellos y para sus familias. Michael me llevó a distintos lugares en mi corta estancia pero una de las cosas que compartió conmigo fue la siguiente: la gente en Ghana le tiende la mano hasta a los extraños e, inclusive, ayudan al extranjero si éste necesita ayuda. Ghana es un país pacífico, dónde la gente está orgullosa de poder llevar una vida así y procuran tratar de la mejor manera tanto a conocidos cómo a extraños.